viernes, 16 de mayo de 2014

Triaje

Es un método de la medicina de emergencias y desastres para la selección y clasificación de los pacientes basados en las propiedades de atención, privilegiado la posibilidad de supervivencia de acuerdo a las necesidades terapéuticas y los recursos disponibles.

Clasificación según los colores de las tarjetas:

Negro: Cuando es cadáver o las posibilidades de recuperación son nulas.
Rojo: Cuando el paciente tiene posibilidades de sobrevivir y la actuación medica debe ser inmediata.
Amarillo: Es un paciente diferible, para ser vigilado mientras se le puede atender.
Verde: Paciente levemente lesionado, que puede caminar y su traslado no precisa medio especial.

Regla del 9

Una manera rápida y aproximada de calcular la superficie corporal quemada es la llamada regla del Pulasky y Tennison, mejor conocida como la regla del 9. Este método puede ser aplicado en adultos o niños según la edad.

Definiciones de P.A.S y R.C.P

P.A.S (protección, avisar, Socorrer): Método preventivo que hay que seguir en el caso de encontrarse/presenciar un accidente automovilístico, el método consiste en protegerse así mismo (con un chaleco reflectante), una vez protegido avisar/llamar al 112 y por ultimo si sabemos y si el accidentado no esta muy grave socorrer.


R.C.P (reanimación cardio-pulmonar): Es un procedimiento de emergencia para salvar vidas que se utiliza cuando la persona ha dejado de respirar y el corazón ha cesado de palpitar. Esto puede suceder después de una descarga eléctrica, un ataque cardíaco, ahogamiento o cualquier otra circunstancia que ocasione la detención de la actividad cardíaca.

12 Hombres sin piedad

Sinopsis:

Un grupo de miembros de un jurado recibe el encargo de juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. De los doce miembros, once están convencidos de que el acusado es culpable de asesinato. Pero el duodécimo no tiene ninguna duda sobre su inocencia.¿Cómo puede este hombre convencer a los otros miembros sobre la inocencia del joven?
Opinión: 10/10

miércoles, 7 de mayo de 2014

Clases de fuego

Clase A: Son los fuegos de materiales sólidos, generalmente de naturaleza orgánica, cuya combustión se realiza normalmente con la formación de brasas,1 como la madera, tejidos, goma, papel, y algunos tipos de plástico.
Clase B: Son los fuegos de líquidos o de sólidos licuables,2 como el petróleo o la gasolina, pintura, algunas ceras y plásticos.
Clase C: incendios que implican gases inflamables, como el gas natural, el hidrógeno, el propano o el butano.
Clase D: incendios que implican metales combustibles, como el sodio, el magnesio, el potasio o muchos otros cuando están reducidos a virutas muy finas.
Clase E: incendios en equipos o instalaciones eléctricas.
En ciertos países también existe la:
Clase F o K: Son los fuegos derivados de la utilización de aceites para cocinar.3 Las altas temperaturas de los aceites en un incendio se excede con mucho las de otros líquidos inflamables, haciendo inefectivos los agentes de extinción normales.

Clase E: De origen radioactivo.



La suerte dormida

Sinopsis


Amparo una mujer afligida por la muerte de su marido e hijo, se ve en la situación de ayudar a los sus amigos de toda la vida al conocer la noticia de que el hijo de estos, Paquito, ha muerto en la mina en la que trabajaba al manejar un vehículo inadecuado para la tarea que realiza, Amparo se convertirá en la abogada de dicha familia para intentar devolver justicia a esta situación tan injusta


Opinión: La película me ha parecido buena ya que es diferente y se dicen muchísimas verdades. Una de las reflexiones con las que me quedo es que todo el mundo tiene precio.

Valoracion: 8.5/10

miércoles, 23 de abril de 2014

Caso de burnout

Emilio es un médico de 40 años que trabaja en un hospital de la Seguridad Social. Tras finalizar su carrera en Ciencias Exactas, decidió matricularse en la Facultad de Medicina, porque ésta era una profesión en la que creía poder sentirse más realizado, ayudando a los pacientes y con posibilidades de mejora continua.

Terminó Medicina y se especializó en Traumatología. A Emilio le gustaba mucho el deporte, le apasionaba. Jugaba a fútbol desde niño en el colegio, en el equipo de la universidad y, además, se hacía cargo del botiquín y de los lesionados: las lesiones traumáticas en el deporte era un tema que le atraía. Por eso eligió su especialización.

Consiguió plaza en su ciudad, aunque un tanto condicionada: su jefe le tenía que firmar todos los años la conformidad para que pudiera permanecer en su servicio. Empezó a trabajar con mucha ilusión, tenía muchos proyectos y ganas de seguir formándose y de aportar al servicio su trabajo y el fruto de su aprendizaje.

El trabajo era agotador, y las primeras dudas aparecieron a los pocos años de trabajar:


• " Existía un conflicto entre la manera de proceder y trabajar que le habían enseñado en la facultad y en los libros y la disponibilidad de tiempo y de medios que él tenía.

• Por falta de tiempo, la inquietud que tenía por hacer las cosas bien le obligaba a prorrogar su jornada laboral hasta que el trabajo quedaba perfectamente realizado y le había concedido el tiempo necesario a cada caso para hacer una buena exploración y estudio.

• " Por falta de medios, el día a día era un infierno: discutir con el radiólogo para que le hiciera las radiografías que necesitaba, discutir con los administrativos por problemas burocráticos, solicitar una y otra vez material a su jefe, ya que los medios con los que trabajaba eran inaceptables y la responsabilidad del acto quirúrgico era suya, las consultas masificadas en las que la gente se mareaba por falta de ventilación, etc.

• Su profesión, antaño reconocida y respetada, cada vez estaba más infravalorada. Los pacientes reconocían como obligaciones determinadas actitudes y molestias que Emilio se tomaba por ellos e incluso lo llegaban a manifestar abiertamente, «para eso le pagamos el sueldo y cobra lo que cobra», sin darse cuenta de que determinadas acciones tan sólo se pueden explicar mediante la presencia de una gran vocación y capacidad de sacrificio por los demás. Vocación que, por otra parte, se iba disolviendo día a día por la erosión de la carga de trabajo y la falta de reconocimiento de la labor que realizaba.


En la cabeza de Emilio se sucedían estos pensamientos:

• Realmente, ¿hoy día se puede atender correctamente al paciente? En gerencia parece no importarles la calidad, sino la cantidad.

• Si se hicieran las cosas como creo que debo hacerlas, no podría salir del hospital y estaría reñido con la mitad de los servicios, porque las pruebas muchas veces llegan tarde o equivocadas. En el resto de servicios también están muy presionados y la agresividad se sitúa a flor de piel.

• Me cuestiono si los pacientes se lo merecen: no te agradecen nada y, en ocasiones, te faltan al respeto, llegándote a insultar. Pero siempre te encuentras a buenas personas, que no tienen la culpa del comportamiento de estos individuos y que ponen toda su confianza y su salud en tus manos y que se merecen que hagas las cosas del modo que deben hacerse (aunque esto le importaba cada vez menos).

• Cada día hay más pacientes, faltan medios materiales y personales, y no contratan a nadie más. Dicen que «no hay dinero».

• La formación es cada vez más difícil de conseguir. A mi jefe no le interesa tener gente demasiado preparada que pueda discutir sus decisiones.

• El último curso al que fui me costó estar 12 meses sin que él me programase operaciones para poder utilizar lo aprendido. Incluso llegó a contratar a una persona de fuera para que hiciera las artroscopias que yo tenía pendientes.

• Profesionalmente, estoy en el mismo punto que hace 10 años, porque pese a que personalmente me he molestado en costearme los cursos, la organización no me ha dado ninguna ayuda, al contrario, tan sólo dificultades para poner en práctica lo aprendido.


Emilio había tocado fondo